Una boda en primavera es como un bodegón de vivos colores, de alegría…Los rosas pastel y verdes nos vienen a la mente. Un traje de novia con pequeñas florecillas bordadas, un ramo de lilas y hojas de helecho, el velo sujeto con una tiara. Las amigas vestidas de verde pastel con fajines en rosa palo, ramilletes de flores silvestres combinando el rosa, lila y verde. El novio engalanado con un traje color crema y chaleco rosa..
Todo invita a celebrarlo al aire libre, en el jardín. La entrada al banquete un arco de hiedra y rosas trepadoras por donde entren los recien casados. Los invitados esperándoles al otro lado con cestas llenas de pétalos multicolores. Luz, colorido y alegría a la hora de recibirles.
Mantones de manila en marfil, rosas y verdes a modo de mantelería y unos arreglos florales de cuencos color marfil y azaleas rosadas con una vela delgada y alta, en color crema, saliendo del centro del arreglo floral. Platos y vasos de cristal de un verde pálido. Los nombres de cada invitado en un servilletero alrededor de la servilleta, sobre los platos. Distribuidos por el jardín, entre las mesas, arreglos de jarrones, cestas de mimbre, maceteros con distintos tipos de flores (y unos cartelitos con el nombre de cada flor) para que los invitados puedan confeccionarse su propio ramo antes de irse, a modo de detalle de la boda.
Invitación de boda Floresta - Colección Nature.
Para el baile una pista central, redonda, con cintas de colores pastel y pequeñas florecillas y lucecillas adheridas, a modo de carpa o quiosco de música antiguos, como si de una verbena se tratase. Y que mejor música para celebrar una velada tan especial de primavera que la de los boleros y así bailar hasta altas horas de la madrugada a la luz de la luna.
